TIEMPO
… es lo que todos deseamos y añoramos. Tiempo para nosotros, para nuestras cosas, cada uno las suyas, sus aficiones, sus pasiones, sus gustos…
Perder el tiempo en lo que nos apetece.
Ganar tiempo, pero no para llegar antes ni ganar a nadie.
Tener tiempo para descansar, o para cansarnos si queremos, para divertirnos, para disfrutar, para relajarnos, para recrearnos, para contemplar, para esperar, para perseverar, para soñar…
Disponer de tiempo para vivir como queremos, no como nos obligan…
Porque el tiempo tiene una dimensión social temporal y también una dimensión personal y subjetiva, que depende de cada persona. (1)
La vida actual, en nuestra sociedad, necesita inevitablemente de horarios, planificaciones, controles de tiempo, etc. pero en la infancia las cosas se perciben de otra manera: para los niños los horarios son un “incordio”, son una imposición, una faena ante la que siempre protestan (“jooo… espera un poco”, “jooo… quiero seguir jugando”, “jooo… ahora no”…)
EL TIEMPO en la Escuela
¿Qué pasa en la escuela? ¿Cómo se vive el tiempo? ¿O sólo se percibe la falta de tiempo? “no tenemos tiempo”, “falta tiempo”, “no se puede perder el tiempo”, “ahora sí”, “ahora no”…. Esta percepción nos lleva inevitablemente a la prisa, al estrés, a la impaciencia; y a empujar y arrastrar a los niños de un lado para otro, de una situación a otra, de un contenido a otro, de un sinsentido a otro sinsentido …
Sin embargo, respetar los ritmos de la infancia, los ritmos singulares de cada niño es clave para garantizar un crecimiento armónico y equilibrado que tenga en cuenta razón y emoción, mente y espíritu. Y los ritmos no adecuados son perjudiciales y favorecen la desigualdad y la exclusión. Por lo tanto, se trataría de saber encontrar el tiempo justo para cada persona y, a la vez, dar el tiempo justo a cada actividad educativa, es decir, ajustar la velocidad al momento y al individuo. (1)
Pero es verdad que no hay tiempo para todo, así que debemos hacer un replanteamiento a fondo de su utilización, marcando unas prioridades y definiendo cuáles son las cuestiones básicas a las que les dedicaremos el tiempo escolar. Esto nos llevará a tomar decisiones conscientes sobre cuáles serán nuestras ocupaciones prioritarias en la escuela y sobre de qué otras prácticas prescindiremos.
Hay que devolver tiempo a la infancia para darle espacios en los que tenga la oportunidad de asimilar, vivir, conocer, aprender y construir sus propios aprendizajes. Tener tiempo y utilizarlo de forma libre y autónoma es una necesidad para aprender mejor. Rousseau dice que “la infancia tiene su manera de ver, pensar y sentir y sería muy estúpido que intentáramos sustituirla por la nuestra”. (1)
(1)“Elogio de la educación lenta” Joan Domènech.
(faltan todas las fotos y vídeos De Txalburu)
Tiempo para ESTAR en Txalburu
Abaltzisketa
Zizurkil