LENGUAJES

El niño está hecho de 100. (Loris Malaguzzi)

El niño tiene cien lenguas, cien manos,

cien pensamientos,

cien maneras de pensar,

de jugar y de hablar.

Cien, siempre cien maneras de escuchar,

de sorprenderse, de amar.

Cien alegrías para cantar y entender,

cien mundos que descubrir,

cien mundos que inventar,

cien mundos que soñar.

El niño tiene cien lenguas (y además cien, cien, y cien)

pero se le roban noventa y nueve.

La escuela y la cultura le separan la cabeza del cuerpo.

Le hablan: de pensar sin manos,

de actuar sin cabeza,

de escuchar y no hablar,

de entender sin alegría ,

de amar y sorprenderse sólo en Pascua y en Navidad.

Le hablan: de descubrir el mundo que ya existe,

y, de cien, le roban noventa y nueve.

Le dicen que el juego y el trabajo,

la realidad y la fantasía,

la ciencia y la imaginación,

el cielo y la tierra,

la razón y el sueño,

son cosas que no van juntas.

Le dicen, en suma, que el cien no existe.

Y el niño dice:

En cambio, el cien existe.

“Creo que se nace escritor, pintor o músico. Se nace con la vocación y en muchos casos con las condiciones físicas para la danza y el teatro, y con un talento propicio para el periodismo escrito, entendido como un género literario, y para el cine, entendido como una síntesis de la ficción y la plástica. En ese sentido soy un platónico: aprender es recordar. Esto quiere decir que cuando un niño llega a la escuela primaria puede ir ya predispuesto por la naturaleza para alguno de esos oficios, aunque todavía no lo sepa. Y tal vez no lo sepa nunca, pero su destino puede ser mejor si alguien lo ayuda a descubrirlo. No para forzarlo en ningún sentido, sino para crearle condiciones favorables y alentarlo a gozar sin temores de su juguete preferido. Creo, con una seriedad absoluta, que hacer siempre lo que a uno le gusta, y sólo eso, es la fórmula magistral para una vida larga y feliz.”
 

Gabriel García Márquez

Articulo 13 de la convención de los derechos de la infancia:

El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño.

Como dice y repite Francesco Tonucci, entre los muchos lenguajes a través de los que se expresa el niño, la escuela efectúa una selección, rechazando la mayoría de ellos y apropiándose sólo de algunos, por ejemplo de la lectura y la escritura… Sin embargo, el niño se expresa a sí mismo y expresa a los demás lo que ha conocido por medio de distintos lenguajes, siempre adecuados y, por ello, cada vez más diferenciados.

La escuela primaria, media, etc. no enseña a hablar, a imaginar, a crear, a trabajar… Se prohíbe al niño conocer las cosas, verlas, sentirlas, tocarlas…; se le prohíbe la curiosidad, el instinto de exploración… y se le obliga a hacer cosas absurdas que no atañen al niño, que no le interesan, que no conciernen a sus facultades…

Sin embargo, las propuestas escolares deben conectar con el mundo del niño y servir de estímulo a la investigación infantil. Deben posibilitar todos esos modos de expresión, todos esos lenguajes, para que todos los niños y las niñas encuentren su lugar y sean aceptados y respetados con sus singularidades.

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